Clinical Research Insider

El hígado graso, el principio del fin

En el maravilloso mundo del hepatocito… Por: Dra. Ana Villaseñor-Todd*

“Si conocieras el tiempo tan bien como yo, no hablarías de perderlo…” –Alicia en el país de las maravillas.

Un viaje en el tiempo… una noche de verano, me encontraba en la gala de clausura de un congreso sobre el hígado. Se llevó a cabo en una casona de  arquitectura neoclásica, propia del siglo XIX. Al visitar el sanitario para retocar mi maquillaje, comenzó la aventura nocturna. 

La porcelana poco común ha subsistido, al igual que toda la propiedad, al deterioro de la belleza urbana de la Avenida Paseo de Montejo. Una propiedad silenciosa despertó mi interés por su presencia histórica, de una época del esplendor de los mágicos tiempos del henequén, no solo del estado, sino del país. Un lugar enigmático, romántico, acogedor; como si la casa susurrara un apapacho y te abrazara. Desde el jardín se observaba un pórtico delimitado por columnas de estilo jónico y en el sótano de estilo francés un hermoso piano. Confesaré que no perdí la oportunidad de agasajar la noche con la pieza que enamoró a mi esposo cuando lo conocí, Fur Elise; la acústica del lugar es perfecta pese a mis oxidados dedos. De pronto, al tocar una moldura de la pared, como Alicia en el país de las maravillas se abrió una puerta secreta. Pude iluminar con la lámpara de mi móvil unas escaleras oscuras, en espiral, con pequeños respiraderos. Subí cada uno de los irregulares escalones, mi corazón en plena taquicardia supraventricular paroxística se escuchaba más que el bullicio de la fiesta. Viajé en el tiempo, de pronto estaba en una cúpula con una rica decoración interior. Me sentí como en el Qubba Almorávide, en Marrakech. Luego estuve contemplando la calma de la noche más estrellada que he visto, sentada en un mirador de influencia morisca; el viento jugaba con mi cabello, comencé a escribir. Los pisos de esa terraza de costosos materiales de construcción semejaban a las tumbas saadíes de Marrakech, el amanecer me sorprendió en el Minaret. Recibí los primeros rayos del sol como un obsequio del tiempo; era el mismo sol que iluminó el porfiriato. De pronto en la pantalla de mi móvil, como máquina del tiempo “trin” notificación de mi iCal 5K NASH. Me teletransporto y de nuevo 7:00 am en la urbe de la ciudad, la primera carrera por la salud hepática y contra la obesidad, cinco kilómetros que se suscitaron gracias a los esfuerzos de la Asociación Mexicana de Hepatología  el 16 de julio de 2022 en Mérida, Yucatán; recorrí todo Paseo de Montejo con grandes colegas y amigas. 

A la siguiente semana, ya de vuelta a la realidad para conmemorar el #WorldHepatitisDay coloqué un post en mis redes sociales, invitando a todos mis pacientes a participar en un maratón de detección oportuna de cáncer hepatocelular.   

A los pocos minutos recibí un divertido audio de dos amigos, Laura y Jorge, en el chat que tenemos en común con mi esposo. El audio decía algo así: 

-Jorge: “Buenos días, ¿Sabe qué, Dra.? no es necesario que me invite a un maratón, ya sé cuál es el estado de mi hígado… mi hígado está jodido”. 

-Laura: “Yo no sé, Dra., ¿cómo me invitas a correr un maratón para saber la salud de mi hígado? Si yo no tengo un hígado para correr. Es más, Dra., ya le envié un memo a mi hígado, le dije: -’Hígado, prepárate, hoy tienes una prueba de talento’. Además, yo no sé cómo le haces, en la mañana corres un maratón y luego haces un montón de estudios.”

-Jorge, interrumpe: “Vida, la Dra. Convocó a un maratón de estudios. Va a realizar muchos estudios, por eso es un maratón”. 

-Mi esposo: “Híjole, mi amor, con gusto iría, pero justo despega mi avión y yo decidí conmemorar el día con unas tortas ahogadas”.  

Después de atacarme de la risa por unos minutos, me di cuenta de que mis propios amigos y mi familia no tienen temor a Dios, ni la más remota idea del lugar donde se sitúa el hígado y menos para qué sirve. Como es evidente, tienen todos los factores de riesgo metabólicos para iniciar como la DM2 y al ser impulsores clave de la enfermedad hepática crónica, incluido el hígado graso, decidí escribir las siguientes líneas:

Los hepatocitos son las células parenquimatosas del hígado, tienen forma de polígono y desempeñan las funciones metabólicas. El hígado es el órgano más talentoso del cuerpo humano. Los antiguos griegos lo ligaban al placer: se cree que las palabras hepático y hedonista comparten la misma raíz.  Los isabelinos se referían a su monarca no como la cabeza del Estado, sino como el hígado de la nación: cuidado con quien se atreviera a hacerlo enojar. 

Desde la antigüedad, escritores romanos como Cicerón y Tito Livio, en varios pasajes de sus obras describen la práctica de la hepatoscopia (etimológicamente: examen del hígado), una predicción mediante el examen del hígado, procedente de un animal sacrificado a los dioses. Fue una de las técnicas adivinatorias populares más temprana entre los pueblos mesopotámicos, tanto para los asirios como para los babilonios. Para ellos y para sus conocimientos médico-religiosos, el hígado era el generador de la sangre, el asiento de las emociones, sentimientos y deseos, es decir, el órgano sede de la vida1.  

¿Pero qué sucede en la sede de la vida? 

El metabolismo consiste en una serie de reacciones que ocurren dentro de las células de los organismos vivos para mantener la vida. El proceso del metabolismo implica muchas vías celulares interconectadas para, en última instancia, proporcionar a las células la energía necesaria para llevar a cabo su función. La importancia y la ventaja evolutiva de estas vías son visibles, ya que muchas permanecen sin cambios por animales, plantas, hongos y bacterias. En las eucariotas, las vías metabólicas ocurren dentro del citosol y las mitocondrias de las células, y la utilización de glucosa o ácidos grasos proporciona la mayor parte de la energía celular en los animales. El metabolismo se organiza en distintas rutas metabólicas para maximizar la captura de energía o minimizar su uso. El metabolismo se puede dividir en una serie de reacciones químicas que comprenden tanto la síntesis como la degradación de macromoléculas complejas conocidas como anabolismo o catabolismo, respectivamente. Se discuten los principios básicos del consumo y la producción de energía, junto con las rutas bioquímicas que constituyen los procesos metabólicos fundamentales para la vida3. Nuestro hígado se enferma cuando inician los procesos metabólicos que no son los adecuados por diferentes causas. Actualmente, los factores de riesgo para la enfermedad por hígado graso son frecuentes en la población mexicana y los estudios disponibles parecen subestimar su prevalencia. La esteatohepatitis no alcohólica (NASH) es el subtipo inflamatorio de la enfermedad por hígado graso no alcohólico (NAFLD por sus siglas en inglés), se puede considerar como: “el principio del fin, un preludio a la tragedia”, ya que está asociada con la progresión de la enfermedad hepática crónica y el desarrollo de cirrosis; el 5% desarrollará cáncer hepatocelular y la probable necesidad de un trasplante de hígado. Se requiere reflexión sobre la justicia distributiva en torno a este tema en México. 

A pesar de su importancia, la NAFLD es poco reconocida en la práctica clínica. El hígado graso no alcohólico (NAFLD) afecta aproximadamente del 3% al 6% de la población de EE. UU. y la prevalencia está aumentando. La NASH está fuertemente asociada con la obesidad, la dislipidemia, la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico. Aunque existen varias pruebas no invasivas y sistemas de calificación para caracterizar la NAFLD y la NASH, la biopsia hepática es el único método aceptado para el diagnóstico de la NASH (afortunadamente indicada solo en unos cuantos pacientes o en ensayos clínicos).

En México, Bernal-Reyes et al. estudiaron un total de 585 voluntarios, resultando una prevalencia de MAFLD del 41,3%, predominio de hombres mayores de 50 años, malos hábitos alimentarios y sedentarismo. El sexo masculino, la obesidad, el síndrome metabólico y la ALT elevada fueron factores de riesgo para la enfermedad y el 40% de los afectados presentaban fibrosis avanzada. Concluyeron que la prevalencia de MAFLD en nuestra población es una de las más altas del mundo2. Actualmente, la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. no ha aprobado ninguna terapia específica para la EHNA. La modificación del estilo de vida es el pilar del tratamiento, incluidos los cambios en la dieta y el ejercicio, con el objetivo principal de perder peso 7% para eliminar el hígado graso y 10% del peso para intentar revertir la fibrosis hepática. La mejoría sustancial en los resultados histológicos, incluida la fibrosis, se correlaciona directamente con el aumento de la pérdida de peso. En algunos casos, la cirugía bariátrica puede estar indicada para lograr y mantener el grado de pérdida de peso necesario para el efecto terapéutico. Se estima que el 20% de los pacientes con NASH desarrollarán cirrosis, y se prevé que la NASH se convierta en la principal indicación para trasplantes de hígado en los EE. UU. La tasa de mortalidad entre los pacientes con NASH es sustancialmente más alta que la población general o los pacientes sin este subtipo inflamatorio de NAFLD, con una tasa de mortalidad anual por todas las causas de 25,56 por 1000 años-persona y una tasa de mortalidad específica del hígado de 11,77 por 1000 personas-años.

Los condicionantes de la enfermedad pueden modificarse. Se me ocurre que pueda surgir la imperiosa necesidad del trabajo en equipo de dos ramas de la medicina como son  la hepatología y la endocrinología, así como la estrecha relación de la práctica médica basada en evidencia científica. Se requieren políticas públicas que favorezcan acciones para reducir la tendencia actual de la población mexicana. 

Dra. Ana Villaseñor-Todd

Científica y empresaria mexicana destacada por sus estudios en encefalopatía hepática mínima, estrés oxidativo, calidad de vida y cognición social. Médica de profesión, complementó sus estudios de posgrado en la Universidad de Texas A&M. Certificada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como facilitadora de MhGap (Programa de acción para superar las brechas que existen en atención en salud mental). CEO VICOMMA group. 

Comité técnico: Dr. Carlos Alejandro Cortez Hernández

Referencias
1. Abel Fernando Martínez Martín, Doctor en Medicina y Cirugía, Magister y Doctor en Historia. Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá-Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).

2. Bernal-Reyes R, Icaza-Chávez ME, Chi-Cervera LA, Remes-Troche JM, Amieva-Balmori M, Priego-Parra BA, Martínez-Vázquez S, Méndez-Guerrero IO, Martínez-Rodríguez L, Barranca-Enríquez A, Palmeros-Exsome C, Cano-Contreras AD, Triana-Romero A. Prevalence and clinical-epidemiologic characteristics of a Mexican population with metabolic (dysfunction) associated fatty liver disease: An open population study. Rev Gastroenterol Mex (Engl Ed). 2022 May 7:S2255-534X(22)00026-3. doi: 10.1016/j.rgmxen.2022.04.001. Epub ahead of print. PMID: 35537911.

3. Judge A, Dodd MS. Metabolism. Essays Biochem. 2020 Oct 8;64(4):607-647. doi: 10.1042/EBC20190041. PMID: 32830223; PMCID: PMC7545035.

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