Clinical Research Insider

¿Ahora qué?

Por: Orígenes Romero Porras*

Con la campaña masiva de vacunación contra el COVID-19, llegamos a la llamada “nueva normalidad”. La humanidad despertó un día a principios del 2020 convertida en personaje de Kafka. Después de un sueño intranquilo hemos vuelto a la vida como Gregorio Samsa, cuestionando si vale la pena vivir en un mundo donde las sonrisas son pliegues azules de tres capas; donde hemos perdido a seres queridos, víctimas de la pandemia y hemos visto negocios irse a la quiebra.

Durante los días de confinamiento, en el ámbito de la cultura surgieron relecturas obligadas de obras como La peste, de Albert Camus o el Decamerón, de Bocaccio, ambas ubicadas en contextos de contingencia sanitaria. La historia de Giovanni Bocaccio es particularmente significativa: diez jóvenes se recluyen a las afueras de Florencia para contar diez historias durante diez noches, resultando así cien relatos. Hombres y mujeres en la lozanía de su edad, se congregaron para cantar, beber y bailar a pocos kilómetros de una ciudad devastada: eso hizo el arte durante la pandemia. La literatura nos salvó entonces. 

Y la literatura nos puede salvar ahora. En estos momentos es inevitable una pregunta: ¿Ahora qué? ¿Cómo volvemos a las calles? En 1946, el psicoanalista austriaco Viktor Frankl se hizo la misma pregunta. Su respuesta fue El hombre en busca de sentido, obra en la que relató su experiencia como preso en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Frankl aprovechó su experiencia con la psique humana para convertirse en terapeuta de sus compañeros en Auschwitz y Dachau.

Durante tres años,  Frankl presenció, por una parte, suicidios en las cercas electrificadas, y por otra, la resiliencia y paciencia de cientos de personas condenadas a la tortura nazi. Ante esta muestra de fortaleza se preguntó qué era aquello que permitía su supervivencia en la situación más azarosa: dar un sentido superior a la propia existencia, un rumbo a dónde llevar los pasos.

Para muchos de los confinados en campos de concentración este rumbo era el encontrarse con sus familias una vez terminado el conflicto. Frankl entonces se propuso asistir a sus compañeros en la búsqueda del sentido de sus vidas: generar un motivo por el cual valiera la pena atravesar con vida ese sufrimiento. 

Hoy releer a Frank puede ayudarnos a salir del confinamiento. El encierro físico se puede convertir en claustro mental. Dejemos que la literatura nos salve una vez más. 

Orígenes Romero Porras* Licenciado en Historia por la Universidad de Guadalajara. Exatleta paralímpico (2006-2017). Interesado en la relación entre el arte y la historia. Apasionado por la literatura futbolística. Creador de contenido y analista literario.

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