Clinical Research Insider

Enfermedad de la Nueva Era; un reto médico para las nuevas generaciones

Por: Liliana Mora*

En las últimas décadas la mujer ha ganado posición en la toma de decisiones dentro de las organizaciones, se ha desarrollado en la ciencia y la tecnología y, además, ha buscado trascender a través de un desarrollo integral, ético, social y familiar. Para algunas mujeres esto se ha dado gracias a su nivel de resiliencia, flexibilidad mental, educación continua y, en los mejores casos, al acompañamiento e impulso de su familia, pero para otras el éxito ha significado una serie de sacrificios incluyendo la propia salud mental.

En lo personal había buscado el medio para comunicar un tema que debería formar parte de las agendas en la Alta Dirección; el éxito no solo debería medirse por el logro de resultados y el balance personal, el éxito de una organización debería medirse por la salud física y mental de sus colaboradores. 

Las investigaciones del Instituto Nacional de Salud Mental (NIH-National Institute of Mental Health) muestran que las enfermedades mentales son comunes y afectan a decenas de millones de personas cada año; las estimaciones sugieren que solo la mitad de las personas con enfermedades mentales reciben tratamiento. 1

Cualquier enfermedad mental (AMI-Any mental illness) es definida como algún tipo de desorden mental, conductual o emocional. El impacto puede variar desde ningún tipo de deterioro hasta uno leve, moderado e incluso grave.

El último estudio reportado por el NIH en 2019 estima que 51.5 millones de adultos en edad de 18 años o más presentan algún tipo de enfermedad mental tipo AMI representando el 20.6% de todos los adultos en EE. UU.

Fuente: https://www.nimh.nih.gov/health/statistics/mental-illness

La prevalencia de AMI es más alta en mujeres (24.5%) que en hombres (16.3%); para jóvenes adultos en edad de 18-25 años la prevalencia de AMI es más alta (29.4%) comparada con adultos en edad de 26-49 años (25.0%); adultos con dos o más grupos étnicos no hispanos 31.7% y para la comunidad hispana representa un 18%.

Las Enfermedades Mentales Serias (SMI-Serious mental illness) se definen como un desorden mental y conductual que resulta en un impedimento funcional grave que interfiere sustancialmente o limita una o más actividades importantes de la vida.

Fuente: https://www.nimh.nih.gov/health/statistics/mental-illness

Nuevamente el padecimiento afecta significativamente más a las mujeres (6.5%) con respecto a los hombres (3.9%) en edad de 18-25 años (8.6%), con dos o más grupos étnicos no hispanos (9.3%) y un 4.9% en la comunidad hispana.

Estos datos revelan una tendencia al alza en la última década dentro de EE. UU pero, ¿qué ocurre en la región latinoamericana?

Los trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias psicoactivas son una causa importante de morbilidad, discapacidad, traumatismos y muerte prematura, y aumentan el riesgo de padecer otras enfermedades y problemas de salud. La prevalencia a 12 meses de estos trastornos en conjunto varía entre 18.7 y 24.2%; la de los trastornos por ansiedad, entre 9.3 y 16.1%; la de trastornos afectivos, entre 7.0 y 8.7%; y la de trastornos debidos al consumo de sustancias psicoactivas, entre 3.6% y 5.3%. Aunque la salud mental se reconoce como un componente esencial de la salud general, los datos de la región revelan profundas brechas en el tratamiento entre las personas con trastornos mentales, que alcanzan hasta 73.5% en adultos con trastornos graves o moderados y 82.2% en niños y adolescentes según datos de la Organización Panamericana de la Salud.2

La demencia es una preocupación cada vez mayor en América Latina y el Caribe, que tiene las tasas más elevadas del mundo, con una prevalencia a 12 meses de 8,5% en las personas de 60 años de edad en adelante.3

Fuente: Organización Panamericana de la Salud. Demencia: una prioridad de salud pública. Washington, D.C.: OPS; 2013.

El suicidio es una posible consecuencia importante de los trastornos mentales, con una tasa de mortalidad de 7,3 por 100,000 en la Región de las Américas. Más del 90% de las personas que cometen suicidio padecen un trastorno mental crónico susceptible de ser diagnosticado, como la depresión, así como trastornos provocados por el uso de sustancias nocivas. Hay una disparidad evidente entre los sexos con respecto a los intentos de suicidio, pues las mujeres son más propensas a intentarlo, mientras que los hombres lo consuman en mayor proporción.

Hablemos de Ansiedad

La amplia variedad de trastornos de ansiedad difiere según los motivos o situaciones que los inducen, pero las personas que los padecen comparten características de ansiedad excesiva y alteraciones del comportamiento relacionadas. Los trastornos de ansiedad pueden interferir en las actividades diarias como el desempeño laboral, el trabajo escolar y las relaciones interpersonales. 

La salud mental es un problema empresarial en aumento porque también es un problema social en aumento. Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud sugieren que una de cada 4 personas en todo el mundo sufre problemas de salud mental que requieren de intervención médica, por tanto, las organizaciones están comenzando a darse cuenta de que esta minoría significativa incluye a muchos de sus propios empleados que han sido promovidos o nombrados en posiciones Senior.  

Millennials experimentan altos niveles de ansiedad, depresión y pensamientos suicidas con respecto a otras generaciones. Investigadores británicos publicaron un reporte en el Journal Psychological Bulletin donde sugieren que esta generación (edad 18-35) sostiene altos niveles de perfeccionismo y que estas elevadas expectativas pueden ser las culpables. La Dra. Wendy Brown, (Political Theory, UC Berkeley), nombra el fenómeno Ansiedad por el Valor de Capital Humano (Anxiety for Human Capital Value), donde los Millennials, que ahora son padres, están altamente inmersos y ansiosos por cómo desarrollar habilidades en sus hijos desde la concepción para ser llevados a un nivel de competencia mayor al de ellos mismos o su entorno.

Vivimos en un orden hipercompetitivo (Hypercompetitive order) donde la competencia no solo es llegar a una posición o ganar un proyecto, sino que la competencia nunca termina. Finalmente recordemos que la depresión, ansiedad y estrés comúnmente son asesinos de la creatividad (Creativity killers).4

Como paciente puedo compartirles que es una enfermedad que puede tratarse fácilmente pero siempre con el acompañamiento de un profesional de la salud mental. Sin embargo, la falta de atención oportuna podría llevarle a un estado complejo impactando en su calidad de vida y entorno.

Este análisis ha sido escrito con el único fin de difundir un tema que nos compete como profesionales y sociedad, para crear conciencia, para hacer que la salud mental forme parte de nuestro check up médico y para recordarles que la prevención puede salvar una vida. 

Cerraré esta nota con la frase de Kaitlin Chan, artista independiente de comics en Hong Kong, “I want people to see my work and feel it’s OK to not be that good (at something).”

*Liliana Mora CEO, Síoltalife. Química Farmacéutica con más de 15 años de trayectoria como Business Developer en el mercado de Life Science. Apasionada de la educación continua, busca crear foros con la convicción de sumar talento nacional e internacional, experiencia y transcendencia. Actualmente radica en Bélgica, donde busca estar cerca a los Hubs de Innovación y Tecnología en su sector. 

Referencias: 

  1. National Institute of Mental Health. Mental Health Information, Statistics Mental Illness 
  2. Organización Panamericana de la Salud. Salud Mental en la Región de las Américas, 2017.
  3. Organización Panamericana de la Salud. Demencia: una prioridad de salud pública. Washington, D.C.: OPS; 2013.
  4. The Economist Successful Innovation: How to Encourage and Shape Profitable Ideas.

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