Clinical Research Insider

Nutrición en Investigación Clínica

Por: Saúl Flores Unzueta, PhD

De acuerdo con la ONU (2020), aproximadamente 3 millones de habitantes no pueden costearse una dieta sana. Una dieta ínfimamente saludable es la que contiene como mínimo 2.300 calorías y 69 gramos de proteínas al día por persona, lo cual excede la línea internacional de pobreza extrema establecida en 1.9 dólares por persona, haciéndola inasequible.

En los estudios clínicos, el seguimiento nutricional especializado solo se plantea en aquellos protocolos enfocados a medicamentos que han probado la reducción de peso, o cuando la enfermedad blanco de estos estudios está completamente ligada a la alimentación (obesidad, enfermedades metabólicas y cardiovasculares). En la mayoría de los estudios clínicos solo se limitan a brindar una asesoría sobre el “estilo de vida saludable” para el paciente, de manera general.

¿Cuántas o cuáles enfermedades están relacionadas con la nutrición? 

De acuerdo con la FAO (Food and Agriculture Organization/ONU 2020), “Si la población mundial llevase una dieta sana, podría ahorrarse el 97% de costes derivados de enfermedades no transmisibles”; esto es, las enfermedades cardiovasculares (como los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares), los cánceres, las enfermedades respiratorias crónicas (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el asma) y la diabetes; enfermedades renales (como insuficiencia renal), enfermedades gastrointestinales (gastritis, síndrome de intestino irritable, celiaquía); entre muchas otras.

El 97% de los costes en salud se podría ahorrar…

¿Tan importante es la nutrición? Sí. La salud es el equilibrio y la coordinación de todos los aspectos: físico, emocional, social, familiar… No se trata de separar cada uno, sino que todos estos aspectos se regulan para proporcionar una adecuada salud, y la correcta alimentación es un pilar fundamental para este equilibrio. 

Un estudio de investigación proporciona avances tecnológicos y medicamentos novedosos para el tratamiento de las enfermedades. Tales herramientas no siempre se encuentran en el sector público de nuestro país y, en muchas ocasiones, tampoco en el sector privado. Obligar al seguimiento especializado en Nutrición en los estudios clínicos, probablemente pueda favorecer en mayor medida el pronóstico y evolución de las personas que voluntariamente participan en los ensayos clínicos. En realidad, la “obligación” no es que esté descrita dentro de los procedimientos del protocolo, sino que, como médicos y personal de la salud, tenemos la responsabilidad de ofrecer al paciente el seguimiento y tratamiento completo de su enfermedad.

Nutrición en Investigación Clínica

Saúl Flores Unzueta, PhD

Doctor en Ciencias en Biotecnología. CEO de Lahoja Asociación para la Investigación y Farmacovigilancia.

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